*Imagen: La boca femenina es más carnosa (nº1) y la masculina más seca (nº2).
Independientemente de la diferencia de los sexos, en todos los seres vivos conviven ambas figuras, en mayor o menor proporción o grado. A las pocas semanas del feto materno, el embrión ya se decanta en exclusiva por uno de los sexos, el cual desarrollará y prevalecerá sobre el otro. Tener elementos del otro sexo en el rostro en un 50% es favorable, ya que aporta otro punto de vista en las ideas, con más creatividad e imaginación. De hecho, todos los grandes genios han tenido elementos del otro sexo muy visibles. Sin embargo, cuando en una persona vemos muchos elementos del otro sexo (más del 50%), es signo de gran dualidad interior, y por tanto, de un posible desequilibrio psicológico, pudiendo ocasionar tensión, angustia y dudas si no se posee suficiente integración del “Yo”; RF superior (frente vertical), anchura de marco y tono suficiente. Por regla general, es más fácil integrar la sexualidad masculina (lógica) que la femenina (intuición). La genética y la epigenética jugarán también factores decisivos para determinar finalmente el componente masculino/femenino. Todo lo redondeado o curvo es siempre más femenino o receptivo. La mujer es más intuitiva o "cara bebe" como nombraba Perret (1994).
ELEMENTOS MASCULINOS
Fuerte tonicidad. Firmeza de los contornos, líneas rectas y ángulos. Receptores protegidos y poco carnosos. Predominio de los miembros, fuertes huesos y músculos. Manos y pies grandes. Piel gruesa y cuantiosa pilosidad. Modelado abollado. Gestos rígidos y tirantes. Cuello fuerte y nuez de Adán.
Psicológicamente: representa la actividad, fuerza y autoridad. Teoría. Independiencia, orgullo y control. Inflexibilidad y terquedad. Posesión, autoridad y lógica. Aporta capacidad de método y técnica.
ELEMENTOS FEMENINOS
Débil tonicidad. Melosidad y suavidad de los contornos, curvo y redondeado. Receptores carnosos y a flor de piel. Predominio del cuerpo, huesos y músculos finos, pies y manos pequeños. Poco pelo, piel fina. Modelado redondo u ondulado. Gestos dóciles, cuello redondo sin nuez y collar de Venus.
Psicológicamente: representa la receptividad y apertura a cuanto todo lo que le rodea. Practicidad. Ternura, blandura y ductilidad. Dependencia del entorno. Necesidad de afecto. Miedo a la soledad. Elasticidad en el trato, intuición y dominio de las artes.
Ilustración y textos: Moisés Acedo Codina
Morfopsicólogo nº3898
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